Los orígenes del frontón Beti-Jai
En el año 1893, José Arana, presidente de la Sociedad Arana, Unibaso y Compañía, encarga al arquitecto cántabro Joaquín Rucoba y Octavio de Toledo (Laredo, 1844 - Santander, 1919), la construcción de un nuevo frontón en Madrid. El edificio debería ser construido a la imágen y semanjanza del Beti-Jai de San Sebastian, también propiedad de dicha compañía, y del que estaban tremendamente orgullosos.
El proyecto original del frontón constaba de tres alturas en su edificio principal. Finalmente sólo se construyeron dos. Una pena porque como se puede ver en este plano original, el frontón sería, si cabe, aún más elegante. La inauguración tubo lugar el 29 de mayo de 1894 y la crónica quedó reflejada en la revista de la época "El Pelotari".
Grabado del frontón Beti-Jai de San Sebastián | Detalle de la fachada proyectada para el Beti-Jai de Madrid |
"La parte exterior del edificio es de aspecto sencillo, y lleva siete balcones con balaustrada de marmol oscuro. Cuatro grandes puertas de cristal dan entrada al vestíbulo principal, que es amplio, y está pintado con colores claros. Para mayor comodidad del público, el despacho de billetes instalado en el expresado vestíbulo, a fin de que el día que haya mucha concurrencia no sufra ésta los rigores del sol. Las demás fachadas son de estilo mudéjar, con numerosas ventanas, y todo el edificio es airoso, artístico y elegante. La cancha y contracancha son mayores que las de los demás frontones, lo cual garantiza la seguridad del espectador. Mide la primera 17 cuadros y medio hasta la pared del rebote, y el muro lateral tiene una altura de más de 11 metros, es decir, que tiene más altura que todos los frontones conocidos, con lo cual se evitarán muchas faltas.
En la parte superior del muro está el marcador, que es blanco, con dos eferas (una roja y una azul) a cada uno de los lados. La altura en que está colocado este marcador hace que sea visto por todos los espectadores sin moverse de sus respectivos asientos. Los números bajan mediante una combinación de timbres eléctricos. Dos filas de sillas de plaza, tres filas de sillas, otras tres de tendido, con su tablerillo correspondiente, construirán la localidad, que quedará al descubierto. La platea se compondrá de delantera y tres filas más, con un paseo general para su servicio. Los palcos tendrá un pasillo especial que les separá completamente de su paseo. Sobre los palcos, que son 50, habrá una gradería general, y sobre esa otra pequeña de tres filas, cerrando el conjunto, con artístico reamte, una elegante marquesina de cerca detres metros, en forma de toldo. Las gradas son muy espaciosas y en el último piso están las andanadas.Calcúlese en 4.000 el número de espectadores que pueden caber con comodidad en las localidades del Beti-Jai. El café se haya situado en la parte posterior del edificio. Los cuartos de los pelotaris y otras dependencias útiles al público se hayan en el piso principal del edificio. En los trajes e los jugadores se introduce una gran innovación, gastarán camisas blancas, llevando en el lado derecho un escudo con las iniciales de los dueños del frontón; de ésta suerte, aun quitándose la boina y el cinturón, podrán ser perfectamente conocidos."
(Revista El Pelotari - 31/04/1894)
IMAGEN ELIMINADA A PETICIÓN DEL AUTOR DEL LIBRO | |
Revista "El Pelotari". Año II. Número 56. Madrid, 1 de Noviembre de 1894 | Cartel inaugural del Beti-Jai Madrid, 29 de mayo de 1894 |